Los sectores interiores de la comuna, como Ciruelos, destacan por conservar una arquitectura propia del valle central, en especial en sus áreas rurales, menos expuestas a las transformaciones materiales asociadas al comercio y los servicios urbanos. A pesar del paso del tiempo y los sismos, aún es posible reconocer construcciones de grandes volúmenes, realizadas con técnicas tradicionales como la quincha, el barro, el adobe y la pared francesa. Estas edificaciones se adaptan de forma inteligente al clima local, incorporando amplios corredores exteriores que protegen del sol directo y la lluvia, creando espacios intermedios entre el interior de la vivienda y el espacio público. En Ciruelos también destacan elementos singulares como su iglesia, así como nuevas edificaciones que han sabido integrar materiales y formas tradicionales: tejas coloniales de arcilla, colores como el rojo colonial y blanco, y corredores que mantienen viva la lógica constructiva heredada. Este tipo de arquitectura no solo preserva construcciones específicas, sino que proyecta una espacialidad propia, profundamente vinculada al entorno natural, al clima y a los saberes acumulados por generaciones. Así, la arquitectura y el territorio reflejan una forma particular de habitar, construida con respeto por las condiciones del lugar y en armonía con la identidad del valle interior.